03 de agosto de 2023
Por Ariana González OsorioMaestra en nutriología aplicada
Si tienes el hígado graso, significa que hay un poco de acumulación de grasa en tu hígado, pero no te preocupes, ¡podemos manejarlo! Aquí te van algunos consejitos de alimentación para ayudarte a mejorar esa situación:
Menos grasas malas: Dale un freno a las grasas saturadas y trans, esas que se encuentran en comidas fritas, lácteos enteros y comida chatarra. Son las culpables de que la grasa se quede pegada en el hígado.
Más grasas buenas: ¡Las grasas saludables son tus amigas! Encuéntralas en el aceite de oliva, aguacates, nueces y pescados grasos como el salmón. Estas te ayudarán a mejorar tu hígado.
Cuidado con los dulces: No te emociones demasiado con los postres y las bebidas azucaradas, porque pueden agravar el problema. Mejor reduce su consumo.
Fibra, fibra y más fibra: Agrega frutas, verduras, leguminosas y granos integrales a tu dieta. La fibra es genial para tu hígado y tu metabolismo.
Proteínas magras: Dile sí a las proteínas magras como el pollo, pavo, pescado y las leguminosas. Menos carnes rojas grasosas, ¿ok?
No te pases con las porciones: ¡Claro que puedes comer rico, pero con medida! No comas hasta llenar, todo con balance.
¡Nada de alcohol!: Si tienes hígado graso, mejor ni pensar en tomar alcohol, eso solo empeora las cosas.
Come de todo un poco: Variedad es la clave. Combina diferentes alimentos para asegurarte de obtener todos los nutrientes que necesitas.
Recuerda que aunque estos consejos son útiles, siempre es importante consultar con un médico o nutriólogo para que te dé un plan personalizado y adecuado para ti. ¡Ánimo, que con una buena alimentación podemos poner ese hígado en forma!.
SOBRE EL AUTOR
Maestra en nutriología aplicada, especialista en obesidad y educadora en diabetes.